UN PALACIODE LA BELLE ÉPOQUE
enfoquelas cumbres
Alojarse en el Mont-Blanc es disfrutar de una institución del valle en pleno centro de la ciudad. Desde 1849, este hotel legendario acoge a una clientela cosmopolita venida de todos los rincones del mundo para descubrir el pico más alto de Europa. Idealmente situado a dos pasos de la calle principal, el edificio Chamonix deja ver su fachada blanca y sus contraventanas azules. Desde las habitaciones y suites se puede contemplar el espectáculo de las cumbres más altas. A un lado, los Drus se alzan tras un bosque de abetos; al otro, el imponente glaciar de Bossons, al pie del Mont-Blanc.
REINVENTARHISTORIA
En su interior, podrá redescubrir la elegancia de los palacios que se construyeron en Chamonix a principios del siglo XIX, cuando la estación acogía a una acaudalada clientela internacional que venía a descubrir las primeras vacaciones de deportes de invierno. El hotel de 5 estrellas, con 41 habitaciones y suites, ha sido completamente renovado por la interiorista Sybille de Margerie, inspirándose en la naturaleza y el entorno. Las habitaciones se asoman a un magnífico panorama montañoso, ofreciendo espacio, lujo y confort. Cada mañana, el hotel ofrece el placer de despertarse frente al más bello de los picos, el Mont Blanc.
Los huéspedes más afortunados pueden disfrutar del eterno espectáculo de la montaña desde uno de los numerosos balcones que adornan la fachada.